La actividad avícola se puede separar en dos partes las
cuales son las más importantes de este sector agro comercial.
La primera se basa en
la producción de aves más precisamente pollos
para el consumo humano.
Y la segunda en la cría
de pollas que a futuro se convertirán en gallinas para ser utilizadas como
ponedoras. Gallinas productoras de
huevos.
La primera constituye
una actividad considerada del tipo granja, las instalaciones necesarias son
básicamente las mismas que para cualquier otra actividad, esta se desarrolla en naves o galpones avícolas (polleros) como se denomina en
Argentina. La crianza comienza a las pocas horas del nacimiento del pollito BB (bebe). Pasando por
distintas etapas o ciclos de cría mediante 3 a 4 tipos de alimentos
balanceados, los cuales están compuestos por cereales, siendo el principal
producto utilizado el maíz. Se calcula que el pollo consume mediante este
sistema de crianza un 60% de maíz en su dieta alimentaria.
Su ciclo de crianza
es de 46 a 52 días dependiendo del tipo de genética y raza del mismo. En este
lapso y en cautiverio logra alcanzar los 2,6 kg de peso promedio. Pasando luego
a su faena y posterior comercialización en el mercado. El mejoramiento genético
en la última década marco cambios importantes en cuanto al tiempo en días para
su crianza.
La gallina ponedora necesita un desarrollo
desde su nacimiento hasta su etapa adulta (polla) en la cual se requieren 90 a
110 días, esta etapa se denomina recría. A partir de este momento se la
considera adulta y comienza su ciclo de postura. Su promedio de producción es
de un 75 % relacionado al ciclo efectivo de producción, y su ciclo de vida productivo
está en el orden de los 2 a 3 años (producción efectiva) su ciclo de vida es
mayor al anteriormente mencionado pero su rentabilidad es baja superados los
dos años de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.