miércoles, 24 de julio de 2013

Avicultura


 

La actividad avícola se puede separar en dos partes las cuales son las más importantes de este sector agro comercial.

La primera se basa en la producción de aves más precisamente pollos para el consumo humano.

Y la segunda en la cría de pollas que a futuro se convertirán en gallinas para ser utilizadas como ponedoras. Gallinas productoras de huevos.



La primera constituye una actividad considerada del tipo granja, las instalaciones necesarias son básicamente las mismas que para cualquier otra actividad, esta se desarrolla en naves o galpones avícolas (polleros) como se denomina en Argentina. La crianza comienza a las pocas horas del nacimiento del pollito BB (bebe). Pasando por distintas etapas o ciclos de cría mediante 3 a 4 tipos de alimentos balanceados, los cuales están compuestos por cereales, siendo el principal producto utilizado el maíz. Se calcula que el pollo consume mediante este sistema de crianza un 60% de maíz en su dieta alimentaria.

Su ciclo de crianza es de 46 a 52 días dependiendo del tipo de genética y raza del mismo. En este lapso y en cautiverio logra alcanzar los 2,6 kg de peso promedio. Pasando luego a su faena y posterior comercialización en el mercado. El mejoramiento genético en la última década marco cambios importantes en cuanto al tiempo en días para su crianza.

La gallina ponedora necesita un desarrollo desde su nacimiento hasta su etapa adulta (polla) en la cual se requieren 90 a 110 días, esta etapa se denomina recría. A partir de este momento se la considera adulta y comienza su ciclo de postura. Su promedio de producción es de un 75 % relacionado al ciclo efectivo de producción, y su ciclo de vida productivo está en el orden de los 2 a 3 años (producción efectiva) su ciclo de vida es mayor al anteriormente mencionado pero su rentabilidad es baja superados los dos años de vida.





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